David A. Pérez Martínez, Instituto Clínico de Neurociencias, Hospital Universitario 12 de Octubre; Servicio de Neurología, Hospital Universitario La Luz. Madrid, España
La relación médico-paciente ha evolucionado significativamente desde la introducción de la tecnología digital en los años 90 del siglo pasado. Recientemente, la aparición de la inteligencia artificial (IA) representa una revolución más profunda en el ámbito sanitario. Esta tecnología ofrece una oportunidad para mejorar la precisión diagnóstica y optimizar la eficiencia del tiempo médico. No obstante, plantea retos importantes como la deshumanización y la supervisión ética. Los modelos de IA pueden complementar la educación y el soporte clínico de pacientes crónicos, aunque persisten riesgos relacionados con la falta de interacción personal. La integración de datos en vida real acoplados a modelos de IA podrían ser instrumentos para la prevención y el diagnóstico temprano de múltiples patologías. En todo caso, es posible que el mayor impacto en la relación médico-paciente se centre en la transcripción inteligente de la consulta médica, evitando el contacto intensivo con el ordenador y facilitando la comunicación médico-paciente. En conclusión, la IA debe integrarse de manera ética y humanista, complementando la experiencia clínica, pero nunca reemplazándola. El profesional sanitario debería liderar este cambio de paradigma evitando los errores cometidos en la transformación digital del sistema sanitario iniciada en el siglo pasado.
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